Buenas noches y gracias por haber pagado la entra…¡ehem!, gracias por haber venido.
En primer lugar quiero hablaros del por qué de la tortura a la que os voy a someter. Resulta que como buen ciudadano de esta ¿se puede decir nación? soy digamos que un poquito pachorras y mientras disfruto de mis momentos de asueto de sobremesa en el corpartimento anexo a la cocina…. Bueno que coño, tanto eufemismo y tanto niño muerto, mientras cago pues… abuela cállese que no se ha muerto nadie.
Bien, pues a lo que iba. Resulta que mientras evacúo suelo pensar mis ya bien sabidos pensamientos que no salvarán al mundo.
Y ayer me dió por recordar los momentos previos a ir a comer fuera con mi novia.
Atentos a las escenas que se darán de aquí en adelante porque no tienen desperdicio:
- Ei, no tengo ganas de ponerme a cocinar. ¿Vamos a comer fuera?
- Vale, buena idea.
En ese momento, no se me pasa por la cabeza que lo que ella quiere hacer previamente es la San Silvestre y que me tendré que patear media ciudad para comer un (probablemente) jodido menú del día o una ración de algo en su defecto.
Y bien, al salir de casa comienza la operación " T.E.N.P.A.". La operación ten paciencia Carlos por dios y no le grites que si no vas a comer, pero vas a comer además un plato fuerte, dos ostias made in su pueblo.
Después de media hora de un apacible paseo por las medievales calles de Lugo (osea, despues de gastar dos euros de suelas de los zapatos por los putos adoquinados infernales de Lugo, que cualquier día me reviento el tobillo) se oye la palabra definitiva:
- Aquí, aquí.
¿ Definitiva? ¡ Definitiva los cojones! Tan raudo sonó el aquí, aquí como el:
- ¡ Ay, en este no que es muy caro! ( Operación T.E.N.P.A. Carlos recuérdalo )
-Vale, no entramos pero vete apurándote porque a este paso no nos van a dar de comer porque cierran la cocina.
- ¡Ay! No me agobies.
- ¡ Qué no la agobie dice!
Por si fuera poco, mientras elige el sitio adecuado como si fuese u
En primer lugar quiero hablaros del por qué de la tortura a la que os voy a someter. Resulta que como buen ciudadano de esta ¿se puede decir nación? soy digamos que un poquito pachorras y mientras disfruto de mis momentos de asueto de sobremesa en el corpartimento anexo a la cocina…. Bueno que coño, tanto eufemismo y tanto niño muerto, mientras cago pues… abuela cállese que no se ha muerto nadie.
Bien, pues a lo que iba. Resulta que mientras evacúo suelo pensar mis ya bien sabidos pensamientos que no salvarán al mundo.
Y ayer me dió por recordar los momentos previos a ir a comer fuera con mi novia.
Atentos a las escenas que se darán de aquí en adelante porque no tienen desperdicio:
- Ei, no tengo ganas de ponerme a cocinar. ¿Vamos a comer fuera?
- Vale, buena idea.
En ese momento, no se me pasa por la cabeza que lo que ella quiere hacer previamente es la San Silvestre y que me tendré que patear media ciudad para comer un (probablemente) jodido menú del día o una ración de algo en su defecto.
Y bien, al salir de casa comienza la operación " T.E.N.P.A.". La operación ten paciencia Carlos por dios y no le grites que si no vas a comer, pero vas a comer además un plato fuerte, dos ostias made in su pueblo.
Después de media hora de un apacible paseo por las medievales calles de Lugo (osea, despues de gastar dos euros de suelas de los zapatos por los putos adoquinados infernales de Lugo, que cualquier día me reviento el tobillo) se oye la palabra definitiva:
- Aquí, aquí.
¿ Definitiva? ¡ Definitiva los cojones! Tan raudo sonó el aquí, aquí como el:
- ¡ Ay, en este no que es muy caro! ( Operación T.E.N.P.A. Carlos recuérdalo )
-Vale, no entramos pero vete apurándote porque a este paso no nos van a dar de comer porque cierran la cocina.
- ¡Ay! No me agobies.
- ¡ Qué no la agobie dice!
Por si fuera poco, mientras elige el sitio adecuado como si fuese u
